Saturday, August 26, 2017

Entre dos vidas, dos mitades de ti...

                 Tener dos vidas es asfixiante. Estar entre dos mitades de personalidad es agobiante. No eres completamente feliz pero tampoco eres infeliz. Tener que ir a reuniones familiares sabiendo que ellos saben que eres lesbiana y no poder hablar de tu vida da un poco de coraje y más cuando tienes pareja y no llevarla me es triste y deprimente. No creo que sea completamente feliz, después de todo la familia siempre me ha dado de codo por tener esta naturaleza, aseguran que siempre están para uno o que me aman como soy, pero sus actitudes son diferentes. Por lo tanto, uno se inclina más en donde se siente más completo. La familia de tu pareja en mi caso se vuelve más familia mía que la propia. Uno trata de complacerlos (tu familia) te despiertas un día y te das cuenta qué realmente tiene peso. Los amas, pero prefieres tenerlos de lejos o simplemente andar solo en la vida. Triste, la vida se va cada segundo y quieres estar con todos los que amas todo el tiempo. Nunca hay un balance en las cosas. La gente se queja de muchas cosas, pero no saben lo que es ser un forastero entre tu familia. A veces piensas que pueden cambiar, pero el ser humano esta codificado para actuar según se programan. Yo aprendí a ver diferentes tipos de personas y aunque al principio me era curioso quedaba a su lado para entender su naturaleza, difícil a veces de tan fuerte, pero jamás los juzgaba. Mientras más pasa los años en mi vida entiendo que no se puede obtener todo lo que uno quiere hay que aprender a vivir con lo que uno tiene en sus manos y aunque estoy completa por un lado y por el otro triste, sé que puedo llevar ambos, con mucho trabajo, pero se puede. Es una carga emocional grande, pero creo que he sido criada por la vida para enfrentar muchas emociones, después de todo ser feliz es trabajo de uno mismo. 

Thursday, August 17, 2017

La ira que hubo en mi...





                Escuchando canciones de finales de los 90
y principios de los 2000 me di cuenta que tenía mucha ira con la vida ese
momento. Todo lo veía difícil y sin solución. El rock, Metal y la escritura era
la única fuente que tenía para calmar mis sentimientos, uno se vuelve frío y
calculador, solo piensa en como desaparecer del mundo o como tratar de destruir
su propia vida, fue frustrante, desesperante y doloroso. Nadie parecía ayudarme
o nadie me entendía solo la música. No tenía amistades verdaderas o simplemente
no eran lo que aparentaba. Las burlas hacia mí me perseguían desde mi niñez y
no lograba encajar en ningún ambiente. No en la iglesia, no en el mundo, no en
el ambiente, no con nadie. El dolor era insoportable y ya no sabía cómo
manejarlo, todo lo piensas porque no ves salidas, ves a la gente como hipócritas
y no ves a nadie sincero en sus acciones, súmele a eso el odio que el mundo te
tira encima y sin contar el infierno que te esperaba si te morías, todo era
tortura. Pero mis gritos se escuchaban con cada gemido de dolor al llorar y
escuchar canciones que llenaban mi alma, gritos desgarradores en busca de un
alivio. La ira, recuerdo muy bien esa ira, ojos llenos de odio de esta vida que
me habían dejado. Sin embargo, uno crece si se permite crecer, el dolor no desaparece,
pero uno aprende a manejarlo y sacarle provecho, uno aprende a entender la vida
de una manera bastante diferente a las personas que no se dan permiso a sentir.
Todo es esperar, aunque duela, pero hay que esperar, abrazar esa alma, besarle
y darle mucho amor que cuando sientas paz en tu interior es porque es tu
momento, espéralo que va a llegar…